viernes, 16 de noviembre de 2007

Praga, 15-11-07

Aterricé en la Vaclav saltando desde la plataforma del nueve. Neviscaba y hacía mucho frío. Yo quería comprar una cámara checa que había visto días antes. Como era pronto y aun no habían sacado a los turistas a pastar me confvndí entre los praguenses que iban a svs cosas.

Con ésta cobertura, logré encontrar la callecita y la tienda. Toda la vida detrás de una cámara de éstas y la voy a encontrar cuando la digitalídad nos ha invadido. No importa, es barata y es pa mí pa siempre.

Como hoy quiero deambular por Vyserad y Novo Mesto, me voy a Mala Strana, que está al otro lado del río. Esto, que parece absurdo, resulta que lo es. O igual no, si te importa tanto como el destino, el recorrido. Así que voy río arriba por Smichov (primero por calles secundarias luego por la orilla del río).

En Praga todavían quedan funcionando los legendarios Skoda 120 y 105. La verdad es que eran unos vehículos muy robustos.

Como el Valtava es un río como Dios manda, resulta que hay unas esclusas para el tránsito de barcos, con una torre de control y todo. Lo que no parecía es que hubiera mucho tráfico fluvial. ¡mejor para los peces!

Al otro lado del río (Novo Mesto) se veía un edificio muy peculiar: the dancing building. A mi me parece mas bien una casa con faldas (y a lo loco). Es la muestra de arquitectura de vanguardia que hace viva una ciudad. ¡No va a ser todo antiguo, coño! Había unos tíos limpiando los cristales colgados de cuerdas, talmente parecía que estuvieran escalando las cascadas heladas del Eiger.

Como crucé el río nadando -ni de coña- decidí que tenía que encontrar un café para entrar en calor. En una calle de esas, encontré un minicafé (realmente era como el salón de mi casa). El café servía tambien como mini galería de arte. Pedí un té. El camarero -que no obstante era muy alto- me sacó una especie de bandeja compartimentada con muchísimas clases diferentes de té. Qué curioso, en España, si te dan a elegir entre dos clases, te puedes dar con un canto en los dientes.

Una vez que mis orejas dejaron de vibrar y de resplandecer en rojo ígneo, abandoné el mini-café, en dirección Vysherad.

Andando, llegué al jardín botánico. Es pequeño, comparado con el de Madrid, pero tiene una enorme vitalídad. Había un montón de gente trabajando la tierra, colocando protecciones...los mecanicos del jardin botanico, vamos. Un caos, pero con fundamento.

Siguiendo los carteles callejeros y orientãndome por las estrellas, ya qve el sol no se veía por las muchas y espesas nubes y se me habia perdido la brujula mientras nadaba en el rio, llegué a Vysherad. Resulta que el tal lugar resulta ser un baluarte o fortaleza con iglesias dentro. Bueno, y monasterios, un cementerio - para que todo quede en casa- y muchos parques y caminos.

Para llegar hasta la fortaleza hay que subir una cuesta de las de las mozas de Villalpando. Es lógico (lo de las cuestas empinadas, no lo de las mozas villalpandensis), en caso de ataque. Cuanto mas cansado lleque el enemigo, pues mejor. Así que ale! a poner cuestas defensivas, para que los malos lleguen ya medio muertos y asi ahorrar en balas (esto parece un comentario propio del bravo soldado Schweij... o de Gila).

Por la muralla se puede circunvalar -que no circuncidar- la fortaleza. La altura con respecto al entorno es fantástica y ves -cual diablo Cojuelo- los tejados de Praga, y ademas dominas una gran parte del río. La iglesia gótica es espectacular por dentro. Está toda pintada polícroma y dorada. En el frontal hay mosaicos de colores muy vivos.

El cementerio es muy decimonónico. Parece un poco el jardín de Drácula, pero está mvy cuidado y en uso (estaban cavando una tumba). Aqui está la tumba de Dvorak.

Cantando las loas a Vysherad (marco incomparable de sin par encrucijada de razas y vademecum sin igual de crisoles recalcitrantes y caminos resbaladizos) convencí a Pilar para que aprovechando un hueco libre que tenian en el curso euro-peo, dieran un salto cuantico hasta aqui. Con la ayuda de dos tranvias lo hicieron posible -naturalmente el 9 era uno de ellos, y de todos es sabido que viaja a la velocidad de la luz- y anduvimos a ritmo de legionario por el baluarte. (A destacar que no ibamos cantando «soy el novio de la muerte...» ni nada de eso, si no que lo recorrimos a gran velocidad, ya que el tiempo que tenian era poco y no nos quedaba ni para cantar canciones populares).

Hay unas curiosas microiglesias romanicas en Praga, que se llaman «rotondas» pues son de planta redonda, con un pequeño abside, y a parte del cura y el monaguillo no creo que quepa mucha mas gente. Igual alguna beata que no sea muy gorda, pero no mas. Da la sensacion de que los checos no eran ni aun en la atiguedad cristianos muy practicantes, y de ahi tanta herejia y tanto mandar a los obispos a hacer puenting en el Karluv Most. Pero igual es una muestra mas de su inteligencia.. Bueno, pues la rotonda de Vysherad es muy bucolica y pastoril, pues esta en un parque de fresca y jugosa hierba en la que solo triscaba un gato atigrado y gooordo.

Visherad es en si mismo un gran parque amurallado, con algunos edificios dispersos.

Circundando (insisto, no circuncidando) el baluarte, tambien se alcanza a ver la Praga no historica: la zona industrial de la otra ribera, barriadas obreras, la chimenea de una central termica... Pero tambien se ve desde aqui la ciudad vieja, el castillo... Lo moderno y lo antiguo, la ciudad que late y las piedras muertas (pero poco)..

Si Vysherad representa la esencia de Praga, el amor lo representa la foto que hice sobre la muralla. Creo que, de mayores a todos nos gustaria ser como ellos, aunque no sea en Praga.

Corriendo, corriendo, huimos de Vysherad como un ejercito en retirada. Cuesta abajo, es mas facil ser cobarde que cuesta arriba, creo. Y repito mis alabanzas al los tranvias de Praga: El Intereuropean Teachers Group (fraccion independiente) llego a tiempo a su reunion y todo.

Yo, tenia que comer. Entre en un restaurante de barrio con bastante buena pinta. Comi «delicias moravas» que es un plato a base de diversas carnes de cerdo. Lo curioso es que entre la guarnicion, sobre la salsa, te colocan una rebanadas de pan poco cocido, que vas cortando con el cuchillo y mojando. Esta bueno. Probe tambien el vino moravo tinto. Oscuro rubi y fuerte, pero me da la impresion de que le deben añadir algo de azucar o melaza para la fermentacion. Ya me enterare. En resumen, Bien.

La noche anterior, estuvimos con el grupo docente internacional (belga, austrico, britanico, turco, griego y español y tambien etruscogodosefardi) en el cafe del hotel Universal. Es un cafe decorado en estilo Art Noveau, muy año 1900. Por lo visto es una «especie protegida» por la UNESCO. Se dice que la decoracion del Titanic, tuvo a este cafe como modelo.

Habia piano en directo. Tocaba un señor con pinta de gentleman, temas clasicos, valses... En la mesa de al lado teniamos una especie de excentrico personaje, un santon melenudo, pelo y barba blancos, vestido de negro (de color negro) que no dejaba de incordiarnos en un idioma incomprensible mientras Bebia vino. Creemos que queria ser ingles, pero no estamos nuy seguros.

Cuando el pianista se retiro a descansar, el sujeto incomprensible se sento al piano y empezo a tocar rythm n blues. Bueno, el borracho este... Ahora es cuando le sacan los camareros a tomar el fresco...

Pues mira, no lo hacr mal... Era bueno el tio. Ahora, mas que un santon ya me parecia el Dr. John.

Resulta que era tambien de la casa. Tienen dos pianistas. Vaya por Dios.

Eso si, el tio tenia pinta de borracho y ademas, lo era. De todas formas, los músicos de blues, suelen tener detras una historia....o mas.

Volvimos al hotel en el 9, por si alguien lo dudaba.

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